martes, 31 de marzo de 2015

Taboada, 18 años después

Taboada, 18 años después

Por Erick Baena Crespo

Esta no es una historia de terror, sino de amor. Esta no es una historia de fantasmas, sino de ausencias. Un flashback por la vida del guionista y director de Hasta el viento tiene miedo a través de los ojos de su esposa: Rocío Amézquita.

Imagen
Ilustración: Israel Morales Nava

Al entrar a la casa de Rocío Amézquita un gato sale asustado rumbo al pasillo, como si fuese una escena de la película Más negro que la noche (1975).

Pero nada hay de terrorífico en la casa de la esposa de Carlos Enrique Taboada (1929-1997), sino todo lo contrario: un espacio cálido, con un sala de sillones cómodos, en donde reposan muñecos de peluche.

En los últimos años, Rocío ha visto renacer el interés en la obra de Taboada. Lo cual se refleja en la edición de un libro, la hechura de un documental, el lanzamiento de una página web y el remake de sus películas.

“Me hubiera gustado que él hubiera vivido todo esto, pues a lo largo de su vida nunca fue reconocido”, dice con las manos sobre su regazo y una mueca en el rostro.

Sentada en la sala, ataviada con un suéter color mamey, tejido, y un pantalón negro, Rocío recorre los años junto a “Carlos Enrique”, como ella le dice, con la paciencia de quien abre un álbum de fotografías, las extrae una a una y te permite mirarlas de cerca. Se sabe de memoria la biografía Taboada, como si fuese el abecedario.

Esta es una ojeada por algunos momentos de su vida.

                                                                                     ***

a) Taboada nace en la Ciudad de México el 18 de Julio de 1929. Su padres Julio Taboada, de origen español, y Aurora Walker, de origen irlandés, se mudan a la colonia Santa María la Ribera.

b) Taboada acude a las matinés de cine, en donde ve películas como El doctor Frankenstein (de James Whale, 1931), La momia (de K. Freund, 1932), Freaks (de Tod Browning, 1932), entre otras.

c) Taboada (16 años) cruza la Alameda Central. Se detiene en un puesto de periódicos. La portada del Ovaciones informa sobre la caída de la bomba atómica. El mundo se derrumba ante sus ojos.

d) Taboada abandona la carrera de medicina. Sus padres lo corren de su casa. La primera noche duerme en un cuarto en el Barrio Chino, infestado de ratas. Al otro día consigue su primer trabajo en un set. Le ofrecen ser extra. ¿Adivinen de qué? Como si estuviese predestinado al género, interpreta un muerto en un teleteatro.

e) Taboada trabaja en el canal 4, que pertenece a la familia O’Farril. Escribe los episodios para el programa El Teatro Colgate Palmolive. Inicia su carrera como guionista de TV. Es el año 1950.

f) Taboada está en el set. Carmen Montejo se le acerca y le dice que José María Linares Rivas, el director a cargo, le manda a decir que monte la escena. Taboada, que sabe de la fama de bromista de Carmen, no le hace caso. Minutos después se percata que no está bromeando. Así inicia su carrera como director.

g) Taboada escribe su primer película Kid Tabaco, pero no queda satisfecho. El director Zacarías Gómez Urquiza modifica sustantivamente el guión y la esencia de la historia. Es el año 1954.

h) Taboada escribe como si se avecinara el fin del mundo. La Maldición de Nostradamus; Nostradamus y el Destructor de Monstruos; Nostradamus, el Genio de las Tinieblas; La Sangre de Nostradamus; El Testamento del Vampiro; Aventuras de Chucho el Roto; Captura de Chucho el Roto, y La Entrega de Chucho el Roto salen a la luz en el mismo año: 1959.

i) Taboada quiere dirigir. Su madre, Aurora Walker, le dice que cuando él lo haga le dé un papel en donde ella pueda demostrar su capacidad histriónica. Taboada no puede cumplir esa promesa, pues su madre muere en las primeras horas de 1964, meses antes de que el dirija su primer película.

j) Taboada hace mancuerna con Alfredo Ruanova, con quien escribe diversos guiones cinematográficos, desde comedias rancheras, westerns, hasta películas de horror. De ese época son Orlak, el Infierno de Frankenstein (Rafael Baledón, 1960) y El Espejo de la Bruja (Chano Urueta, 1962).

k) Taboada escribe y dirige Hasta el Viento Tiene Miedo (1968), la película con la que establece su singular estilo y con la que incursiona en el género de terror.

Con El libro de piedra (1968), Más negro que la noche (1974) y Veneno para las hadas (1984), con la que obtuvo cuatro Arieles, Taboada termina una tetralogía que –como podría saberlo– lo convertiría, años después, en un ícono del cine de terror mexicano. Pero ese es tema de otra película.

Volvamos a la historia de Rocío y Carlos Enrique.

                                                                                         ***

Conocí a Carlos Enrique en 1971. Él fue mi maestro de teatro. En aquel entonces, te estoy hablando del paleolítico inferior, yo tenía 15 años; él, cuarenta y tantos. Desde que lo vi se me hizo un señor muy guapo. Él era un hombre educado, fino y como era ateo –o por eso mismo- tenía un código de conducta estricto. Por eso siempre fue muy respetuoso.

En ese entonces yo leía mucho y escribía poesía. Él me encauzó a la carrera de letras. Nos hablábamos por teléfono hasta el día que él me dijo que teníamos que dejar de hacerlo, pues él era un hombre mayor y yo, como era una niña inquieta, lo buscaba mucho.

Él, años después, decía de broma: “Esta niña se me declaró y la tuve que mandar a que buscara un universitario”.

Nos reencontramos cuando cumplí los 22 años. Yo había terminado la licenciatura en Letras Hispánicas. Se formalizó nuestra relación. Y mis padres lo aceptaron, a pesar de la diferencia de edad. Él era ateo; yo católica, pero nos respetábamos profundamente. En lo que más coincidíamos era que a ninguno le gustaba la música ranchera.

Nos casamos por el civil el 14 de enero de 1985.

                                                                                        ***

Taboada podía escribir viendo la funciones de box de los sábados por la noche. Quizá como Hemingway, Taboada creía más que el escritor tenía que ganar por knock-out que por puntos.

“Yo tengo una musa maravillosa que se llama la renta”, solía bromear Taboada. Rocío dice que aprendió de Taboada que para escribir un guión sólo se necesita oficio, conocimiento y sentido común.

Y, para muestra, basta una botón:

Un día sonó el teléfono de Taboada. Era Pablo García Sainz, productor ejecutivo de Televisa, quien le dijo que necesitaban urgentemente un programa para que entrara al terminar “Siempre en Domingo”.
Esa misma noche, Taboada empezó a escribir. Entregó el piloto de “La Telaraña” en dos días. Debido a su alto rating, la serie pasó al horario estelar de 20:00 a 21:00 hrs. La serie duró 4 años, de 1989 a 1993.

–Y, ¿qué pensaba del guión?
–No lo reflexionaba porque fue algo natural en él. Para él escribir era como tomar café. A lo mejor, para nosotros, no lo es tan fácil. Nunca pensaba que estaba escribiendo genialidades.

–¿Se consideraba más un guionista o un director?
–Yo creo que ninguna de las dos porque él nunca se etiquetó. Era un humanista que transitó por este mundo con sus convicciones. Y creo que nunca supo si lo que hacía en algún momento lo que hacía iba a trascender. Siempre digo: el éxito coquetea contigo, pero se esconde detrás de la puerta.

                                                                                         ***

“Cualquier oficio que te hace levantarte en la madrugada no es un oficio honesto”, decía Carlos Enrique. Y él era un noctámbulo y quizá, por eso, amaba el cine de terror, del cual, por cierto, tenía colección impresionante de películas. Al otro día se levantaba, leía el periódico, se fumaba un cigarro y tomaba un café. Después de que leía “como se matan los seres humanos con singular alegría”, así decía él, se arreglaba, pues él era el más coqueto de los dos. Era un hombre con un gran sentido del humor, tierno, solidario. Pero en algo era irreductible: odiaba la impuntualidad.
Te cuento una anécdota:
Un día iba a correr uno de sus caballos. En aquel entonces teníamos una cuadra de caballos en el hipódromo. Un tío estaba enfermo y lo fui a visitar. Según yo, me daba tiempo de hacer ambas cosas. Pero, en eso, me doy cuenta que no llego. Venía en el coche a toda velocidad por Gabriel Mancera. Llegué rechinando las llantas. Carlos Enrique estaba esperándome. Cuando me vio, molesto, me señala el reloj. Yo le dije: “Lo que quieras, me regañas en el camino, pero vámonos que no vamos a alcanzar a ver la carrera”. Eso le provocó risa. Me dijo: “Hace 5 minutos estaba deseando apretarte el cuello, pero ya qué te hago si ya lo reconociste”. Al final, llegamos al hipódromo a tiempo. Nos estacionamos. Corrimos por el estacionamiento hasta perder el estilo. Todavía logramos llegar y acariciar al caballo porque, eso sí, si no lo apapachabas, de seguro corría. Al final, la carrera la ganó su caballo. Y él me dijo: “Oye, ¿qué suerte tienes? De seguro, por ahí, tienes un pacto con alguien”. Yo le respondí: “Con el diablo no, porque ese es tuyo”.

                                                                                          ***

Un día Rocío y Carlos Enrique estaban viendo una película de terror en la noche. Al día siguiente, se enfilaron rumbo a las instalaciones de Televisa San Ángel, a recoger un cheque.

–¿Te acuerdas de la película de ayer? –le dijo Taboada a Rocío en el camino.
–Sí, ¿por qué? –preguntó Rocío.
–Pues imagínate una historia de un fantasma al que todo mundo ve, menos el protagonista.
–¿Y eso cómo es o qué?
–Pues espérate, nenita, que esa es la película que vamos a hacer.

Esa tarde, Rocío y Carlos Enrique regresaron a su casa. Rocío se metió en la cocina a calentar la comida y poner la mesa. Taboada se sentó en su escritorio y empezó a escribir. Minutos después ya tenía 20 páginas escritas de escaleta y 5 páginas de guión. Así surgió el guión de Jirón de Niebla, película perdida de Taboada, que aparentemente se filmó entre 1988 y 1989, de acuerdo con los descubrimientos que hizo Christian Cueva, periodista y realizador, quien sigue el rastro de la cinta en su documental Jirón (México, 2014), que se estrenó el año pasado en el Festival Mórbido.

                                                                                           ***

Carlos Enrique Taboada murió el 15 de abril de 1997, el mismo año en el que, de acuerdo a estadísticas del IMCINE, sólo se produjeron 9 largometrajes mexicanos, “lo que se considera un colapso industrial al ser la cifra más baja en la historia del cine sonoro mexicano”.

Ese 15 de abril, cuenta Rocío, a ella y a un amigo de la familia les permitieron subir a la carroza fúnebre. El cuerpo era trasladado a la agencia Gayosso, en donde amigos y familiares lo esperaban. 

Alguien de la agencia le hizo una pregunta a Rocío, relacionada con los servicios funerarios. Ella volteó a ver al amigo de la familia, buscando respuesta, auxilio. “ Se acabó la niña Taboada y empieza la señora Taboada”, le respondió. Rocío se quedó callada. “A partir de aquí la que tiene que decidir soy yo”, pensó.

Tras 18 años de ausencia, Rocío confiesa que “espera cumplir la mayoría de edad en cuanto a independencia”. Y agrega: “Todavía estoy muy apegada al pasado. No sé si para algunos sea cursi o no, pero mi vida al lado de él fue maravillosa. El único dolor que me dio fue cuando se fue”.



Erick Baena Crespo (Ciudad de México). 
Periodista independiente. Estudió Comunicación Social en la UAM X. Ha trabajado en los periódicos Milenio y Reforma. Fue Coordinador Editorial en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF). Actualmente estudia guión en el CCC, desarrolla el piloto de una serie de TV y colabora en Milenio Diario.

Fuente: Revista Plot Point
http://www.plotpoint.mx/peripecias/taboada-18-anos-despues

Información y ventas en: amerocio@prodigy.net.mx Propietaria de los derechos del maestro Carlos Enrique Taboada.

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